Qué lejos quedan los tiempos en los que no estábamos controlados cada segundo gracias al smartphone que prácticamente todos llevamos en el bolsillo. Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería por activa o por pasiva obligan a informar a todo el mundo de nuestros movimientos… y no hacerlo es más sospechoso todavía.
Se ha vuelto tristemente común “controlar” a nuestras parejas, y todos conocemos a alguien obsesionado por comprobar la hora a la que se conectó a WhatsApp por última vez su novio o novia. Pero lo que nunca esperarías es enterarte de una infidelidad de la manera en la que lo hizo nuestra protagonista…
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