Generalizar es una de las cosas más horribles que podemos hacer, pero está claro que los concursantes de Gran Hermano no nos ponen fácil huir de los clichés, mitos, tópicos, estereotipos (o como queramos llamarlo) que suelen escucharse sobre la gente que participa en este tipo de concursos.
Se dice que la cultura no tiene cabida en los reality shows, y actuaciones como la de los chicos de Gran Hermano 16 durante la prueba semanal parecen confirmar que así es. Cada uno debía responder a 20 preguntas de un test de cultura general mientras sostenían un globo; si fallaban se hinchaba un poco más, y debían conseguir que no explotase: fallaron de forma estrepitosa.
Independientemente del resultado de la prueba, lo que perdieron fue la batalla contra la vergüenza propia y ajena, al soltar algunas burradas que nos dejaron a todos con la boca abierta.
Según ellos el gentilicio de Barcelona es “La Sagrada Familia”, “La salsa” es el baile típico de argentina, “El delfín” es un mamífero que vuela, “Ripollet” es la nación más pequeña del mundo y la ciudad de los rascacielos es “París”.
Aritz afirmó que Andalucía se dividía en cinco provincias. Carolina cree que Gibraltar es español. Marina aseguró que Ramón y Cajal eran dos personas, lo mismo que sucede con Niedziela y Ortega y Gasset. Amanda defendió que un lustro eran o 50 o 500 años. Ivy piensa que la capital de Asturias es Almería. Resumen: ¿Se salva alguien dentro de esa casa?
Hace sólo un año ya nos sorprendió el nivel cultural de los concursantes de Gran Hermano 15. En una prueba dirigida por Florentino Fernández se escucharon cosas como que Júpiter o Marte eran el principal satélite de la Tierra o que Laika era el nombre de la nave con la que Neil Armstrong llegó a la Luna.
Parece que Telecinco no ha tenido en cuenta las críticas que llovieron a los concursantes en aquella edición, pues un año más tarde ha elegido a jóvenes que tienen las mismas carencias culturales. Pero no son los únicos.
Chiqui sorprendió a los espectadores de Supervivientes al afirmar que Inglaterra era la capital de Estados Unidos e Isabel Rábago fue muy criticada por no saber el nombre de las hijas de Felipe VI pese a informar sobre la realeza en infinidad de ocasiones.
Separar la paja del grano comienza a ser difícil, y más cuando se tacha a todos los concursantes de estos programas de incultos, pese a que conviven con gente que sí acierta sus preguntas, y que se han formado ampliamente. No en vano, en Gran Hermano 16 participa una periodista, un médico o una fisioterapeuta, entre otros.
