Quizás este sea uno de los besos más bonitos de la historia del cine, se trata de una escena de la tan aclamada película desayuno con diamantes donde una alocada Audrey Hepburn, después de encontrar a su pequeño minino perdido, besa a un joven y apuesto George Peppard.
Hay muchos tipos de besos. Besos de ternura, de amor, de amistad, besos de despedida o de reencuentro, besos apasionados, besos que lo dicen todo o no dicen nada.
Esto último es precisamente lo que queremos evitar y para ello te hemos preparado las instrucciones básicas para dar un beso de película. Ya no hace falta que ensayes en tu casa con la palma de tu mano como a la antigua usanza, sigue estos tips y se una auténtica rompecorazones.
Prepara tus labios, a todas las personas les gustan que estén bien hidratados y jugosos. Que tus labios hablen por si solos y digan ¡Bésame!
La confianza en ti misma es esencial, no dudes, ve a por todas.
Empieza con un beso lento, no le des todo lo que quiere de primeras, tantea el terreno, juega con sus labios sin sacar la lengua. Haz que lo desee, toma la iniciativa, que sepa quien manda.
Cuando llegue el momento exacto, saca tu lengua, movimientos suaves al principio para poco a poco ir ganando intensidad. No entres a saco directamente como si fueras un leona, los besos que comienzan poco a poco son mucho más placenteros.
Daros un respiro, no hay nada mejor que cortar un beso para mirar intensamente a la otra persona a los ojos y verla sonreír.
La rutina no es buena para cualquier ámbito de la vida y en los besos no podía ser diferente. Intenta que tus besos no sean iguales, varia tu táctica y explora rincones nuevos de tu oponente.
Adáptate al estilo de besar de tu pareja. ¡Ojo! no a todo el mundo le gustan los besos con lengua y eso es totalmente comprensible.
Los mordisquitos siempre dan un toque divertido y juguetón a un beso, atrévete a jugar con su labio inferior.