Sin rodeos

Cuando se trata de buscar un compañero de cama, hay que tener las cosas claras, e ir siempre directamente. Porque como empecemos dando rodeos, lo más probable es que al final haya confusión. Puede que la persona que tenías en tu punto de mira, no estaba preparada para pasar a la acción directamente, o puede que no sea del tipo de persona que puede afrontar de verdad una relación física sin compromiso.
Así que en cuanto veas que hay ciertas posibilidades, deja claro qué es lo que quieres. Puede que él o ella esté abierto a tu propuesta, o es posible que no esté de acuerdo, pero en cualquier caso, habrás dejado las cosas claras y no habrás perdido el tiempo. En estos casos, lo mejor es ser sincero, para no hacer daño a la otra persona.
Y si tienes a cambio una negativa, no hay que tomárselo a mal, sino que hay que comprender que hay personas que no están dispuestas a tener ese tipo de relación, o que simplemente prefieren tener una relación tradicional. Cada persona tiene un estilo de vida, y el respeto mutuo es la clave para llevarse bien con todas ellas.
Nada de romanticismo

Hay que dejar una cosa clara: un follamigo es un compañero sexual, por lo que las citas románticas están más que prohibidas. Es lo mejor, para no entrar en ninguna confusión. Por supuesto, un follamigo es alguien con quien tienes confianza, y aparte de compartir experiencias sexuales, también puede ser tu amigo. Eso sí, dejando claro cuál es vuestra relación y vuestros límites.
Tener un follamigo implica tener un compañero sexual, más o menos estable, pero esto no quiere decir que sea el único, o que seáis exclusivos. Como en toda relación, lo importante es la comunicación. Lo bueno de tener un follamigo es que tienes alguien con cierta confianza, para poder pasar el tiempo de una forma divertida, en la cama, y a vuestro aire. No implica nada más.
No hay planes de futuro

No pienses en el futuro, porque nunca sabes lo que nos depara. Puede que conozcas, de repente, al hombre o a la mujer de tu vida, y tu follamigo esté de más, o puede que sea a la otra persona que le pase eso. Las relaciones se suelen enfriar, y si ya no lo pasáis bien juntos, a otra cosa, mariposa.
No tenéis necesidad de regalaros flores, ni de felicitaros porque lleváis un mes saliendo, o dos, o seis. No hay corazones ni cenas de aniversario. Si te parece triste, tal vez tener un amigo con derecho a roce no sea lo tuyo, pero si te parece lo más lógico del mundo, te espera una aventura tras otra, si encuentras a un compañero que te de buenos rollos.
La química lo es todo

Efectivamente, la química lo es todo, al menos, en una relación con un follamigo. Es bastante simple: vuestra relación se basa en el sexo, y si en ese apartado, desde el principio, no congeniáis, no hay nada que hacer. Seguro que conoces a alguna pareja que a pesar de estos encontronazos, han seguido con su vida y siguen juntos. Sin embargo, seguramente ellos tendrán más en común, y su relación no se basa tanto en los asuntos de alcoba.
Así que ya sabes, antes de comprar la leche, hay que probarla. Si el resultado es bueno, seguid adelante con vuestra relación informal. Si no, no le llames nunca más, aunque probablemente la otra persona ya haya notado que en ese asunto no había nada de química. Así que, ¿para qué preocuparse en exceso?
Celos fuera

Una vez más: no sois una pareja, así que no seas celoso o celosa. Si coincides habitualmente con tu follamigo en el centro de trabajo, en la universidad, o porque os movéis por el mismo ambiente, procura dejar tus celos de lado. Los celos, en realidad, son una creación de la sociedad moderna, y están relacionado con un sentimiento de pertenencia.
No os pertenecéis el uno al otro, y si lo habéis hablado, probablemente no seáis exclusivos. Por tanto, deja los celos fuera, porque eso hará que parezca que estáis en una relación, y no es lo que habéis buscado. Y no hay nada peor que un follamigo celoso, porque no estáis en ninguna relación. El pensamiento es el siguiente: “si se pone así de celoso/a cuando no estamos en una relación, ¡imagínate si estuviéramos saliendo juntos!”
Prohibidos exnovios

A la hora de elegir, por regla general, ellas lo tienen más fácil a la hora de buscar un follamigo que ellos. Esto se debe a que los hombres suelen estar más abiertos a la idea de tener una relación sin ninguna atadura, y son más capaces de dejar apartado el lado emocional de la relación. Aún así, hay una regla básica, y es que no hay que buscar a los follamigos entre el catálogo de exnovios.
Porque si ya habéis tenido antes otro tipo de relación, es difícil dejar atrás esos sentimientos, por muy buenos términos que hayáis tenido al a hora de cortar vuestra relación. Es posible ser amigos después, pero la verdad es que es muy difícil después mantener una relación de follamigo.