En pleno siglo XXI, la menstruación sigue siendo un tabú. Un tema de conversación vetado que cuanto más se naturaliza, más incómodo resulta. Incluso entre mujeres. La firma estadounidense Thinx, pionera en confeccionar ropa interior diseñada para los días de regla, acaba de vivir esta animadversión en primera persona. «No sólo es un problema en el tercer mundo, sigue siendo real en el mundo desarrollado», explica a PAPEL la directora ejecutiva de Thinx, Miki Agrawal. «Nosotros lo experimentamos cuando el sistema de transporte público de Nueva York (MTA) rechazó nuestros anuncios por el uso de la palabra periodo», asegura Agrawal.
Outfront, la compañía que se encarga de vender los espacios publicitarios del metro neoyorquino, criticó la campaña por mostrar «demasiada piel» y ser «inadecuada para los usuarios del transporte público». Las fotos, sin embargo, muestran a mujeres en ropa interior y posturas incómodas junto a elementos como un huevo crudo o medio pomelo, que aluden irónicamente al malestar físico y emocional que provoca el periodo. Outfront insiste, eso sí, en que esta censura no debe ser tomada como un «problema hacia las mujeres».
Tras comparar su publicidad con otras realmente ofensivas que siguen llenando las paredes del metro, la respuesta de Agrawal ante la hipocresía de Outfront yMTA ha sido contundente: «¿No queréis hablar sobre cómo funciona realmente el cuerpo de las mujeres, pero intentáis manipular la forma en que las mujeres se sienten con su cuerpo?».